Diálogo y cooperación en la lucha contra la delincuencia organizada transnacional

Tráfico de drogas, de seres humanos, de fauna y flora silvestres, de bienes culturales, de minerales, lavado ilegal de oro, contrabando, blanqueo de dinero... las organizaciones criminales de América Latina figuran entre las más diversificadas, las más ricas y poderosas del mundo. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito estimó la tasa de homicidios en América Latina en 2019 en 19,5 por cada 100 000 habitantes, es decir, 6 veces más que en Oceanía, Europa o Asia. Por Marie Rollet
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La mayoría de los Estados han adoptado marcos normativos para facilitar la persecución de las organizaciones criminales así como tratados de asistencia judicial reciproca que facilitan el intercambio de información y la cooperación operativa. Pero, más allá de las medidas aplicadas a escala regional para aunar esfuerzos, la respuesta pasa también por la ayuda y el apoyo que pueden proporcionar los países socios.

Diálogo y cooperación por la paz

En octubre, se inició en Caracas un diálogo entre las autoridades colombianas y la guerrilla del ELN (Ejército de Liberación Nacional). El presidente Gustavo Petro ha entablado también conversaciones con la vecina Venezuela y ha tenido gestos claros para con Chile y México en particular. Solicitó y obtuvo el apoyo de la OEA en su proyecto de «paz total» en Colombia.

El objeto de la visita del Secretario de Estado Americano, Antony Blinken a Bogotá, para reunirse el nuevo presidente es establecer un marco de acuerdo sobre las grandes líneas de seguridad. Un nuevo «modus operandi» deberá ofrecer garantías al concepto de «paz total» del presidente colombiano y a la lucha de Washington contra el narcotráfico. Francia, que también tiene fronteras en América Latina a través de sus territorios de ultramar, podría mejorar su posición diplomática en los organismos multilaterales. «Por su parte, las cuestiones de defensa también se merecen más atención, haciendo especial hincapié (país fronterizo con Francia a través de Guyana, en Colombia y en Argentina. En un contexto de rivalidades sino-estadounidenses, hay que aprovechar la influencia de la cooperación. En un momento en el que los gestos financieros chinos seducen a los gobiernos latinoamericanos, a las numerosas empresas francesas del CAC 40 establecidas en la región les convendría gozar de más apoyo para perpetuar la presencia francesa», señala Gaspard Estrada, politólogo y director ejecutivo del OPALC.[1]

[1] https://www-areion24-news.cdn.ampproject.org/c/s/www.areion24.news/2022/12/01/lamerique-latine-langle-mort-de-la-diplomatie-francaise/2/amp/

Herramientas regionales

A escala regional, han aparecido multitud de foros, mecanismos y proyectos para dar una respuesta multisectorial y transversal a la delincuencia organizada transnacional. Desde 2007, 19 países de la región se han agrupado en la Ameripol, una organización de cooperación continental inspirada en el modelo de la Europol. Su misión es reforzar la cooperación policial a escala técnica y científica, agilizar el intercambio de información y la coordinación de las investigaciones y las operaciones, así como mejorar la asistencia jurídica. A escala continental, el Departamento contra la Delincuencia Organizada Transnacional (DDOT) creado en 2016 por la Organización de los Estados Americanos (OEA) proporciona asistencia técnica y legislativa a los Estados miembros de la OEA, en concreto en cuanto al cumplimiento de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. La Ley Modelo propuesta en 2019 por la oficina regional de la asociación Crime Stopper al Parlamento Latinoamericano y Caribeño deberá permitir combatir el comercio ilícito y la delincuencia organizada transnacional. Aprobada en 2021, deberá permitir regular los mecanismos de prevención, lucha e investigación, así como los procedimientos judiciales relacionados con la criminalidad, el comercio ilícito, el contrabando y la falsificación.

Desarrollar la cooperación policial y judicial internacional

Los 7 países que participan en el marco del Programa de Asistencia contra el Crimen Transnacional Organizado en América Latina (EL PAcCTO) financiado por la Unión Europea, (Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, Salvador, México y Panamá) han identificado 8 formas prioritarias de delincuencia que hay que combatir: el tráfico de drogas, la trata y el tráfico de seres humanos, la cibercriminalidad, los delitos contra la propiedad, los delitos ambientales, el contrabando, el tráfico de armas y el blanqueo de dinero. Hasta el momento, se han realizado casi 49 operaciones e investigaciones en el marco de EL PAcCTO, se han promulgado, o se están elaborando o revisando 41 leyes y políticas, y se han aprobado o se están aplicando 34 acuerdos y estrategias. Dar una respuesta coordinada a esta plaga es uno de los objetivos del programa que ya ha permitido localizar formalmente y detener a 120 fugitivos en tres continentes, entre ellos, en 2022 al «Major Carvalho», uno de los mayores narcotraficantes del mundo, buscado por tráfico de estupefacientes, blanqueo de dinero, falsificación de documentos y homicidio relacionado con el crimen organizado.

Reforzar las capacidades

Ya hay numerosos Los programas e iniciativas apoyados por la comunidad internacional que buscan reforzar las capacidades de lucha contra las distintas formas de delincuencia transnacional. El programa de la UNODC sobre la medición de los flujos financieros ilícitos en América Latina (2017-2020) ha permitido a México, a Perú, a Colombia y a Ecuador poner en marcha proyectos piloto sobre la metodología de la medición de los flujos financieros. El objetivo es desarrollar indicadores y mecanismos de seguimiento de los flujos financieros ilícitos relacionados con el tráfico de droga y de seres humanos, con el tráfico ilícito de migrantes y el lavado ilegal de oro. En México, la Armada ha aumentado los controles de detección, para lo que ha establecido laboratorios en los puertos para controlar los productos que pasan por los puertos en cuestión. Por su parte, la creación de las Unidades Navales de Protección Portuaria ha desplazado las misiones de la Infantería de Marina hacia el combate urbano, además de sus misiones tradicionales. Además, la Armada ha reforzado sus capacidades de ciberdefensa, tanto para defender las infraestructuras como para apoyar las operaciones contra los grupos criminales. El país también ha reforzado la vigilancia en las prisiones federales gracias a sistemas de control automatizados. Durante los últimos años, México ha comprado a Estados Unidos helicóptero, Humvees, equipos de inteligencia electrónica y aviones destinados a la formación, por un valor de 2200 millones de dólares. En Colombia, los imperativos de la lucha contra las actividades ilícitas y los grupos armados, ha desplazado la atención hacia la erradicación de las plantaciones de coca, con objetivos anuales cuantificados de destrucción de plantas. Los Estados Unidos apoyan estos esfuerzos mediante el suministro de combustible, el mantenimiento de los aparatos, la asistencia para el desminado y la información vía satélite. Para realizar operaciones ofensivas, se deben reforzar los sistemas de recogida y análisis de la información. En Perú, las nuevas políticas hacen hincapié en el refuerzo de la inteligencia policial y el control fronterizo.

¿Hacia una 3.ª vía?

«América Latina se perfila como la «última frontera de Occidente» para una Europa que debe dotarse de medios de independencia energética, tecnológica y militar para ganar peso en un entorno internacional marcado por la lógica del retorno de los bloques. El lugar de estos dos conjuntos en el mundo del mañana se decide ahora. Más que nunca, divididos en el juego internacional marcado por las relaciones de poder, Europa y América Latina pueden formar una alianza que contribuya a su independencia», sostiene Pascal Drouhaud, especialista en América Latina.[1]

[1] https://www.revuepolitique.fr/lamerique-latine-la-nouvelle-frontiere-dun-occident-sous-tension/